Todos lo conocen como “Piñón Fijo” pero en realidad su nombre real es Fabián Alberto Gómez. La famosa figura estuvo en el piso de “Mañanísima” en El Trece programa conducido por Carmen Barbieri y charló de todo con el panel. Una de las frases más polémicas que tiró el payaso fue: “Le echo la culpa a Adrián Suar. Si alguien me dice ´¿te puedo sacar una foto?´, yo les digo que Adrián no me deja´, dijo y sorprendió a todos.
Piñón Fijo es cordobés y ya trabajaba como payaso en esa provincia antes de llegar a su fama en Buenos Aires. Su popularidad llegó de la mano de Adrián Suar en el famoso canal y él lo reconoce. Además contó en el piso de El Trece que la gente si lo reconoce en la calle cuando anda sin maquillaje, aunque el no quiera que eso suceda. La estrategia que utiliza para que no lo fotografíen sin el maquillaje es decir que Suar no le permite.
El payaso más famoso también contó en canal El Trece que hay personas que lo reconocen por su voz cuando lo escuchan hablar. “Cuando hablo, me descubren y me dicen: tenes la voz igual que Piñón. Les digo que soy Piñón y no me creen”, dijo riéndose en el piso de Mañanísima.
“Adrián Suar, Pablo Codevilla y Coco Fernández fueron muy generosos conmigo. Siempre estuvieron: en las buena y malas”, dijo Piñón. El cordobés lleva más de 20 años trabajando como payaso y logró una fama como pocos. Se dedica a conducir programas infantiles con el objetivo de hacer jugar a los más pequeños.
Piñón trabajando en la provincia de Córdoba, contacta a un sello discográfico y termina grabando un VHS que llega a manos del gerente de programación de El Trece, Adrián Suar. “Cuando le llegó el material, decidió chequearlo con su hijo Toto y le gustó”, dijo. “Dicen que Toto se asustaba con los payasos y con vos se murió de amor”, dijo Carmen Barbieri.
Cecilia Insinga periodista del noticiero de El Trece se encontraba haciendo una entrevista en vivo cuando sufrió una caída terrible que la dejó tendida en el piso. Los conductores: Sandra Borghi y Luis Otero estaban preocupados. El tema fue que Cecilia al caer, arrastró con ella a la entrevistada.
La buena noticia es que el momento de preocupación duró solo unos minutos. Después se transformó en anécdota.
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